El suelo porcelánico se ha instalado en muchos hogares en los últimos veinte años, desde que comenzó su comercialización masiva, gracias a sus grandes prestaciones.
Su gran resistencia, bajo mantenimiento y una rica variedad de acabados, colores y texturas lo convierten en el revestimiento ideal para cualquier estancia de una casa.
Existen diversas técnicas para colocar el suelo porcelánico, dependiendo del acabado que desees obtener. A continuación, detallamos los métodos más comunes para la instalación de suelo porcelánico, así como también una alternativa sorprendentemente simple.
Colocación de suelo porcelánico con obra
En primer lugar, la forma más habitual de instalar suelo porcelánico es mediante el método tradicional, que implica planificar y ejecutar una obra más o menos compleja.
Si vas a realizar una reforma integral del piso, este es el método más recomendable, ya que garantiza la máxima durabilidad y calidad de la instalación.
La técnica de colocación de este tipo de suelo es similar a cualquier otro revestimiento cerámico y se puede resumir en tres etapas.
Preparación de la superficie
Es uno de los pasos más importantes, ya que garantiza la correcta fijación del porcelanato, de forma estable y nivelada.
Se efectúa la retirada completa del revestimiento anterior y el saneamiento de la base hasta dejar una superficie totalmente lisa. Luego, se aplica una capa de mortero autonivelante para corregir pequeñas irregularidades o desniveles.
En zonas húmedas, como baños y cocinas, se recomienda impermeabilizar la base antes de colocar el revestimiento final.
Colocación con mortero cementoso
Una vez preparada la superficie, se puede colocar el porcelánico mediante la fijación de las baldosas con un mortero especialmente formulado para este tipo de suelo: el cemento cola porcelánico.
Se recomienda contar con el asesoramiento de un profesional, pues para cada tipo de cerámica existe un tipo de mortero específico.
Para colocar el porcelanato, se extiende una capa del mortero con ayuda de una llana dentada. Luego se disponen las baldosas siguiendo un patrón y utilizando un martillo de goma para ajustar cada pieza de forma perfecta.
Antes del acabado final, se rellenan las juntas con un mortero tapajuntas flexible.
Acabado final
Tras esperar un tiempo prudencial, se aplica un producto desincrustante a las baldosas. Luego se aplican también selladores de juntas. Como toque final, se puede pulir y abrillantar el suelo para mejorar el resultado.
A continuación, vamos a conocer una alternativa más sencilla para instalar el suelo porcelánico.
Colocación de suelo porcelánico sin obra
Algo que mucha gente no sabe es que el suelo porcelánico puede instalarse sin necesidad de obras. Si quieres ahorrar en la reforma del suelo, también puedes colocar el porcelánico sobre el pavimento existente, sin retirarlo.
Para ello, es importante preparar bien la superficie y elegir un sistema de fijación adecuado. La instalación puede dividirse en tres fases principales.
Limpieza y nivelación
Antes de aplicar cualquier producto fijador, es recomendable hacer un aspirado profundo y un lavado intenso para eliminar polvo y grasa de la superficie.
También se debe hacer el rellenado de huecos e imperfecciones con masilla, para nivelar.
Colocación en seco
Como primer paso de la colocación en seco de las baldosas, se extiende una lámina de espuma aislante.
Luego se fijan las piezas con adhesivo de contacto de alta resistencia. Se rellenan las juntas con crucetas en caso de tratarse de baldosa rectificada.
Acabado y protección
El acabado final consiste en una limpieza a fondo para retirar restos de adhesivo y la aplicación de imprimación y sellado de juntas.
De forma opcional, se puede aplicar un encerado para realzar el brillo y facilitar el mantenimiento.
Ahora que ya sabes los dos métodos para instalar tu porcelanato, vamos a ver de qué formas se puede colocar uno de los acabados favoritos de la gente: el de imitación madera.
Formas de colocar un suelo porcelánico de imitación madera
Los suelos porcelánicos que imitan la veta y textura de la madera ofrecen un acabado cálido y natural. Para potenciar este efecto, la colocación es una clave importante.
Puedes seguir diferentes patrones para crear diversos efectos estéticos, como si se tratara de un suelo de madera auténtica, pero con las ventajas del suelo porcelánico: alta resistencia y durabilidad.
Colocación tradicional
La colocación tradicional sigue una disposición de piezas de forma lineal, todas en el mismo sentido. La veta mantiene una orientación uniforme que resulta poco natural.
Colocación irregular
Siguiendo un patrón irregular, las piezas se disponen con giros aleatorios que crean el efecto de tablones de madera colocados artesanalmente. Ofrece un aspecto más profesional.
Disposición en espiga
Esta es una disposición bastante popular que ofrece un acabado más lujoso si se realiza con la máxima precisión. Las piezas se colocan formando ángulos de 90° entre sí, creando un patrón geométrico con la veta en sentido contrario.
Disposición en espiga de pez
Esta es similar a la técnica de espiga, pero alternando el sentido de colocación en cada fila para formar una especie de espina central. Es más difícil que la anterior y requiere de una buena planificación.
Disposición geométrica
Con este método, se crean patrones geométricos combinando piezas enteras, medias piezas y cuñas para formar diseños originales.
Para este tipo de colocación se recomienda contar con un instalador con mucha experiencia, aunque también puedes hacerlo tú mismo siguiendo unas instrucciones y con mucha paciencia.
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